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Introducción: La hipomagnesemia no es un trastorno hidroelectrolítico infrecuente en el paciente hospitalizado, aunque en numerosas ocasiones pasa desapercibido. Su concentración plasmática depende del balance entre absorción intestinal y excreción urinaria. Es un cofactor enzimático esencial para la síntesis de PTH; su déficit puede producir alteraciones secundarias en el metabolismo calcio-fósforo. En esta revisión se abordará, a partir de un caso clínico, el manejo de la hipomagnesemia grave e influencia de las interacciones farmacológicas en su reposición.

 

Caso clínico: Mujer de 55 años con antecedentes de HTA y dislipemia en tratamiento con Fenofibrato y Omeprazol. Acude a urgencias por síndrome diarreico de días de evolución asociado a parestesias progresivas con espasmo carpopedal y Chvostek positivo. Se realiza ionograma, objetivando hipocalcemia leve (calcio iónico 3,7 mg/dl; VN 4-5,2 mg/dl), hipopotasemia moderada (2,9 mEq/l; VN 3,5-5 mEq/l) e hipomagnesemia grave (0,53 mg/dl; VN 1,7-2,5 mg/dl). Precisa reposición oral e intravenosa con un total diario de 384 mg de Mg+2, 90 mEq de K+y 3186 mg de Calcio elemental y retirada de IBP. Tras confirmación microbiológica de Campylobacter coli, inicia antibioterapia.

De forma ambulatoria se suspende suplementación oral tras normalización iónica y del ritmo intestinal.

Meses después, presenta nuevo cuadro diarreico complicado requiriendo ingreso debido a la severidad de las alteraciones hidroelectrolíticas con posible influencia de la reintroducción del IBP por parte de la paciente. 

Ambas situaciones agudas cursaron con alteraciones clásicas en la conducción cardíaca (QTc 454 ms) e hipoparatiroidismo funcional (PTH 19 pg/ml; VN 15-65 pg/ml con 25OHVitaminaD 7,5 ng/ml; VN 30-45 ng/ml).

Sustituimos Omeprazol por Ranitidina sin incidencias posteriores, verificando iones en rango sin precisar suplementación.

 

Conclusiones: La hipomagnesemia es un trastorno infradiagnosticado que puede desencadenar o agravar otros trastornos iónicos, precisando especial atención en los grupos de riesgo como aquellos con cardiopatías.

Habitualmente se debe al aumento en las pérdidas gastrointestinales o renales, siendo fundamental revisar en la anamnesis la ingesta de alcohol, IBPs o diuréticos.

Los IBPs son fármacos ampliamente utilizados, pudiendo ocasionar múltiples efectos secundarios que frecuentemente no tenemos en cuenta antes de su prescripción.